En Tierra de María,
resabiada piel de toro,
resucitaron las dos Españas,
cainita castigo del todo.
En Tierra de María,
la desconfianza aflora,
la envidia hiere,
las almas lloran.
En Tierra de María,
indignados vencieron plazas,
extraviados volaron los patrimonios,
a sus anchas, las miserias arrasan.
En Tierra de María,
el llanto es banda sonora,
de una triste película,
donde la sonrisa pide la hora.
En Tierra de María,
el expolio fue virtud,
el despilfarro, su cómplice,
la desvergüenza, idolatría.
En Tierra de María,
por sufragio universal,
ha llegado la verde esperanza,
vestida de azul popular.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario