viernes, 22 de marzo de 2013

SEMANA SANTA, CULTURA O RELIGION?

Guardo en un nostálgico rincón de la memoria, mis primeros recuerdos de Semana Santa. Son recuerdos que huelen a limones cascarúos, a algodón de azúcar, y  que saben a torrija de miel y a huesos de santo. Recuerdos de cómo fueron los primeros pasos de mi pasión cofrade. Rocío, Rescate, Sentencia, Humillación y Penas, fascinaron las retinas de mi niñez. Pasos que dí de la mano de mis padres, que me llevaban a ver las procesiones del Martes Santo, porque era el día que solía quedarles libre de compromisos en la agenda, y que despertaron en mi interior una devoción cuya existencia y explicación va más allá de mis creencias religiosas. De hecho, a muchos creyentes los desfiles procesionales que tienen lugar estos días, no les dicen absolutamente nada, quizá porque no tienen costumbre al no haber vivido esa tradición en sus familias, o por el contrario, tuvieron que soportar demasiadas tardes sentados en una silla, el paso de una cofradía tras otra, desde la primera cruz guía de la tarde hasta el ultimo penitente de la madrugada, desde el Domingo de Ramos hasta el Viernes Santo, sin faltar ni una sola tarde, con una cara que les llegaba hasta el suelo por lo bien que se lo estaban pasando.
Por ello, considero que la Semana Santa tiene mucho más de tradición popular, de fenómeno cultural, que de festividad religiosa. Solo tenemos que pararnos a pensar en cómo nos comportamos en estas fechas para darnos cuenta de que la semana que arrancamos mañana con el Domingo de Ramos, es una expresión más de nuestro acervo cultural, que sobrepasa los límites de una mera celebración señalada en rojo en el calendario litúrgico. Existe un entramado de costumbres y tradiciones que envuelven a la vez que enriquecen la puesta en escena que realizan las cofradías por las calles de nuestros pueblos y ciudades. Si no, cómo sería posible que la Semana Santa fuera uno de nuestros principales reclamos turísticos? Los extranjeros y los que nos visitan desde distintas partes de España, vienen atraídos por lo que es una de las más relevantes muestras de la cultura popular autóctona del lugar al que se dirigen, del cual quieren disfrutar, no sólo de la belleza de las imágenes que se procesionan, sino también de otros muchos encantos que nuestra Semana Santa ofrece en materia de gastronomía, arte y folclore popular. La saeta es la forma que tienen los flamencos de rezarles a sus Cristos y a sus Vírgenes, a través de unas letras que se escriben con el sentir del alma y que a veces, poco o nada tienen que ver con los episodios de la Pasión de Jesús que se describen en las Sagradas Escrituras. Demos gracias a Dios por la grandeza de nuestra Semana Santa, que es un compendio perfecto de tradición, cultura y festividad religiosa. Esperemos que la lluvia se tome unos días de descanso hasta el mes de abril, y que si las nubes quieren asomarse desde su privilegiada tribuna, que por favor contengan la emoción porque sus lágrimas son el llanto de un pueblo que ya lleva demasiado tiempo llorando.   

viernes, 15 de marzo de 2013

SENCILLAMENTE FRANCISCO

La fumata blanca no quiso hacerse esperar, y en el segundo día de Cónclave se elevó al cielo de Roma para anunciar la elección de un nuevo Papa. Como ocurriera hace ocho años con el emérito Ratzinger, el cardenal jesuita Jorge Mario Bergoglio no aparecía como favorito en ninguna de las quinielas que los medios de comunicación han venido realizando desde la renuncia de Benedicto XVI. Con respecto a su predecesor en el cargo, el Papa Francisco, que así es como ha decidido bautizarse sin aditivo numérico, está mostrando una serie de diferencias desde el minuto uno.
En las cuarenta y ocho horas que tan solo lleva como Obispo de Roma, este argentino forofo del futbol, que dice no haberse perdido un partido del San Lorenzo de Almagro desde 1946, ha demostrado que su persona alberga dos virtudes que no han pasado desapercibidas para nadie, y que le han permitido a su Papado arrancar con buen pie. La sencillez y la cercanía brillan en este anciano de setenta y seis años amante del tango, que con solo veinte, sufrió la extirpación de la parte superior de su pulmón derecho. Aún así, parece ser el tipo de persona que goza de una mala salud de hierro.
Espero que el Papa Francisco sea capaz de afrontar el complicado reto de transformar la Iglesia para poder adaptarla a la nueva realidad que la sociedad vive, ante la que no debería seguir de espaldas por mas tiempo. Y deseo que su prioridad principal sean los millones de personas que viven bajo el yugo de la pobreza a lo largo y ancho de este mundo, en el que, debido a la crisis del sistema capitalista, las desigualdades no paran de acentuarse por culpa de la destrucción de empleo que no cesa de cobrarse victimas en todas las economías del orbe. Ojalá pueda pasar a la Historia como uno de los Papas que más hizo por calmar la sed al sediento, y el hambre al hambriento. De momento, los detalles que nos ha dejado invitan al optimismo. 

viernes, 8 de marzo de 2013

DECLARACION DE AMOR

Les confieso que soy un enamorado de la mujer. Muchas personas al escuchar esto me tacharían de mujeriego y nada más lejos de la realidad. Para un mujeriego, una mujer es poco más que un objeto del que servirse, y para éste que les escribe, la mujer es el ser más complejo e interesante que existe sobre la faz de la tierra, por el que reconozco predilección y hasta una particular devoción. 
Con independencia de mi condición heterosexual, que hace que me sienta atraído por la belleza femenina, declaro mi amor por la mujer, por el simple hecho de ser tan distinta al hombre. De esa bendita diferencia, que muchas mujeres tratan de erradicar asumiendo roles masculinos que nada les favorecen al deteriorar su feminidad, nace el amor que siento por ellas. Un sentimiento que ha ido madurando en mi interior desde mi mas tierna infancia, y que hoy declaro sin ningún tipo de rubor. Y esa diferencia que tanto aprecio, y que a determinados hombres molesta hasta el punto de llegar a coquetear con la misoginia, para mí resulta fascinante, porque, aunque no pueda negar que a veces llegue a desconcertarme, casi siempre acaba por sorprenderme. Sobre todo si tengo la posibilidad de relacionarme con las mujeres independientes, cultas y preparadas de mi generación, capaces de tutear al hombre que se les ponga por delante. Como me gusta llamarlas, las Mujeres del Siglo XXI.
Gracias a su tesón y sobre todo a su capacidad de trabajo, superior a la media masculina, y quien diga que los hombres son mas trabajadores que las mujeres, quiere decir que ha compartido escasas horas de trabajo con el sexo femenino, la Mujer del Siglo XXI ha ido escalando peldaños para lograr situarse en el lugar que le corresponde en la sociedad de hoy, sin renunciar a ejercer el papel más maravilloso que toda mujer pueda interpretar, que no es otro que poder traer a un ser humano a este mundo. Y además muchas de estas profesionales que a la vez son madres, por ser esposas de maridos educados en el apolillado machismo, tienen que ocuparse de las tareas del hogar casi en exclusiva, como si el género femenino estuviera mejor dotado de aptitudes para los quehaceres domésticos, como mucho trasnochado aún piensa cuando dice aquello de "eso son cosa de mujeres", escuela que cada día cuenta con menos seguidores gracias a la educación en valores de respeto e igualdad, impartida en los centros de enseñanza desde que llegó la democracia.
Cierto es que aún queda mucho por trabajar para conseguir que mujeres y hombres convivan en plena igualdad de oportunidades, sobre todo en el terreno laboral, pues existen determinadas profesiones casi vedadas para las mujeres, a las que les resulta muy complicado acceder, siendo a veces discriminadas por el solo hecho de haber nacido sin nada que les cuelgue entre las piernas, a pesar de estar perfectamente cualificadas para el puesto de trabajo que demandan. En muchas entrevistas de trabajo, a veces sería más beneficioso para la empresa que el seleccionador de personal fuera ciego y sordo.