lunes, 26 de marzo de 2012

PATENTE DE CORSO

Ganar para no gobernar hace que la victoria se celebre con una mueca de derrota. El PP ganó anoche las elecciones andaluzas, pero su candidato Javier Arenas, no será presidente, por no haber alcanzado la mayoría necesaria para que el cambio se consumara. En Andalucía, si los populares no obtienen la mitad más uno de los escaños del Parlamento, vuelven a la oposición. Esta cruda realidad no es más que un fiel reflejo de una izquierda sectaria que vota a piñon fijo y que, antes de votar al PP, prefiere arder en los infiernos, y con su voto irresponsable, condena a una región a una nueva legislatura a manos de aquellos que la han llevado a una situación económica y social que no justifica en absoluto la continuidad de Griñan en San Telmo, ya que la coalición con los comunistas de Izquierda Unida está más que cantada. Menuda farsa de debate se marcó Canal Sur, la televisión de todos los andaluces, con ese cara a cara de dos que van a ser socios de gobierno, y poniendo a los pies de los caballos a Arenas. Vergonzosa la actitud del ente público andaluz, que nunca debió autorizar esta retransmisión.
Tras la debacle de su partido en las municipales de mayo, Griñán de manera inteligente puso sus barbas a remojar con la decisión de posponer las elecciones andaluzas para que no coincidieran con el varapalo que su partido se iba a llevar en las generales de noviembre. Este retraso de cuatro meses ha sido decisivo, como también lo han sido la subida temporal del IRPF a la que se vio obligado Rajoy después de comprobar que el Estado cerró el 2011 con un défict del 8,50% y no del 6%, como en varias ocasiones insistieron faltando vilmente a la verdad los responsables del anterior ejecutivo socialista, y la inevitable reforma laboral que ha sido recibida por los sindicatos con la convocatoria de una huelga general, que beneficia también los intereses de los socialistas andaluces. Sí, todo esto ha sido beneficioso para Griñán y un lastre que ha hecho que el PP no haya podido colocarle a su victoria electoral la guinda de la mayoría absoluta a la que le han faltado cinco escaños para hacerse realidad. Sin embargo, estos hechos han acaecido en el transcurso de los ultimos minutos del partido, y al parecer, han eclipsado los escandalos de corrupción que en mi opinión deberían haber pesado más a la hora de decidir el voto.
Después del resultado de anoche, yo me pregunto, qué más debe pasar en Andalucía para que llegue la tan necesaria alternancia de poder? No es suficiente con tener una tasa de paro que supera el 30%, por no hablar del paro juvenil que sobrepasa ya el 50%? No, no es suficiente. No son suficientes los continuos casos de corrupción política que han salpicado los treinta años de gobierno socialista, y que con el de los ERE y el famoso "fondo de reptiles", que ya va por más de mil trescientos millones de euros, esquilmados de las arcas públicas, se llega al colmo de la desvergüenza política? No, tampoco. Los andaluces parece que estamos inmunizados ante la corrupción, hemos visto tanta que parece que no nos duele, no va con nosotros, la asumimos con una actitud fatalista como si fuera algo normal en la vida política. Este es el gran y principal mérito de los socialistas en Andalucía. Han institucionalizado la corrupción, lo que hace que buena parte del electorado la vea como un elemento más de la democracia con la que no queda otra que tragar. Esta trágica aceptación del ejercicio corrupto de la política que se desprende del resultado electoral de la vispera, constata que las urnas dieron anoche al PSOE de Andalucía patente de corso para poder seguir haciendo y deshaciendo a su antojo en una región que tiene más de cortijo que de comunidad autónoma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario