lunes, 19 de septiembre de 2011

CAM, LA FEA

El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordoñez, también conocido como MAFO, mote con el que, uniendo las siglas de su nombre, fue rebautizado por la prensa salmón, anda de un tiempo a esta parte profundamente preocupado. El bueno de Miguel Angel, o no tan bueno, según el prisma desde el que se le mire, tenía tres hijas en edad de merecer. Y digo bien que tenía tres, porque a dos de ellas, llamadas una Caja Castilla La Mancha y otra Cajasur, ya les encontró marido, por lo que ya solo le queda una por colocar. Y he aqui el problema que le hace pasar sus noches en vela. Verán.
Sucede que esa una, a la que cuando fue alumbrada en tierras valencianas le pusieron de nombre Caja de Ahorros del Mediterraneo, más conocida en el pueblo como CAM, resulta ser la menos agraciada en cuanto a belleza de las tres hermanas. Ocurre que CAM tiene un defecto físico que merma en demasía el atractivo que pudiera suscitar entre sus posibles pretendientes, que hasta la fecha, tan solo se han atrevido como mucho a preguntarle por la salud los domingos a la salida de misa o a saludarla por mera cortesía cuando se han cruzado con ella por la calle. Ese defecto que la afea se llama tasa de morosidad del 19%, debido a que fue alimentada en su juventud con un exceso de exposición al ladrillo por encima del 50% del total de su activo, que la va a dejar para vestir santos como su padre no haga encajes de bolillos financieros para evitarlo.
Se esfuerza MAFO por maquillar la fealdad de su única niña soltera incrementando la dote que percibe del FROB, hasta el día van ya invertidos en dicha dote 5.800 millones de euros entre necesidades de recapitalización y liquidez, para conseguir disimular su escasa belleza y así hacerla menos desagradable a la vista, pero ni por esas. Los escasos pretendientes que han tenido la valentía de concertar una cita para tomar el café un sábado por la tarde en el Banco de España para ir tanteando el terreno, tampoco se fían mucho de la capacidad del Estado de generar recursos para conseguir alcanzar la dote prometida, para que en caso de que la niña pueda llegar a los 20.000 millones de euros de pérdidas que se han estimado, la referida dote pudiera compensar el agujero negro que en la cuenta de resultados de la entidad absorbente podria provocar tal hecatombe contable que se preve.
Como la niña CAM se quede para vestir santos, vamos a tener un serio problema. Más que nada por el dineral que nos van a costar a todos los españoles los trapos con que vista a esos beatos en sus tardes de triste soledad.

1 comentario:

  1. Jajaja. Buenísimo el artículo Juan Antonio, todavía me estoy riendo por cómo lo has enfocado. Deberían repartirlo en clases de literatura. Tanto es así que me he suscrito al blog. Un abrazo.

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