PURO TEATRO

Asisto abochornado al lamentable espectáculo que los socialistas están dando y aún no se ha iniciado la campaña electoral. Pretender apuntarse el tanto en exclusiva del final de ETA dice muy poco, o mejor dicho, dice mucho de la catadura moral del partido político que todavía detenta la Presidencia del Gobierno, al que afortunadamente tan sólo le quedan cuarenta y siete días en el poder. Una bajeza moral que no se merece ni el Estado español ni los ciudadanos que últimamente malvivimos en él, en lo que mas bien podríamos llamar Estado del Malestar, y no del Bienestar. La derrota de la banda terrorista ETA debe ser la gran victoria del Estado de Derecho y de todos y cada uno de los demócratas, militen o no en un partido político, de este país. Debe ser el triunfo de la sociedad, de toda, tanto de la civil como de la política. Debe ser nuestro exito, el de todos, y no el de unos pocos. Querer monopolizar la desaparición de la serpiente etarra es un craso error y una tremenda deslealtad democrática por lo que supone el no reconocer el trabajo que todos los gobiernos, de uno y otro signo, han hecho a lo largo de la breve historia de nuestra pueril democracia, para erradicar la lacra del terrorismo. Un intolerable insulto a las victimas, a las que, por otra parte, ya han humillado y vejado bastante desde que llegaron a La Moncloa.
La actitud de determinados y destacados miembros del PSOE, algunos que incluso ocupan importantes parcelas de Gobierno, como el Sr. López, es inadmisible. Hablando de Patxi, el pasado jueves llevó al Parlamento vasco un Decálogo para la Concordia, un texto ambiguo y equidistante que insinua la horrible equiparación ciudadana de victimas y verdugos. En él el lendhakari hablaba del Derecho a Convivir, y yo le pregunto que si no está antes el Derecho a Vivir, y a Vivir en Libertad, porque no se nos puede olvidar que en Euskadi hay Paz, no Libertad. También expone el acercamiento de los presos como medida para facilitar su reinserción, cuando precisamente se les aleja para sacarlos del entorno etarra y de su radio de influencia para que el desapego y la distancia les hagan recapacitar y arrepentirse de haber abrazado ese credo criminal. En definitiva, un paso atrás que sólo hace mas fuerte a ETA.
Porque ETA sólo abandonará la lucha armada y desaparecerá cuando Batasuna tenga el poder en el Pais Vasco, y no sólo las alcaldías de determinados municipios vascos. Lo demás, son milongas. Y si como sospecho, en connivencia con el gobierno y el candidato socialista, hacen un comunicado de abandono de la causa, será una pantomima electoralista para favorecer a aquél con el que llevan negociando siete años. Puro teatro. Ni más ni menos.