viernes, 7 de octubre de 2011

NOCHES EN VELA

La agencia de calificación Fitch ha bajado dos escalones el rating de la deuda pública española, degradándola de la AA+ a la AA-, por culpa de la poca disciplina presupuestaria de las CCAA en el control del déficit, descalabro que tiene sus consecuencias sobre la prima de riesgo que continuará en niveles prohibitivos para las arcas públicas y que no hace sino volver más complicada aún la lucha para la reducción del déficit, y que también afectará a la vergonzante tasa de desempleo de este país, la cual ronda ya las cinco millones de tragedias. Más déficit significa más paro. No puede cogernos de sorpresa esta bajada después de saber que el objetivo de cerrar este 2011 con un déficit del 6% se antoja poco menos que utópico. El mensaje que trata de mandarnos Fitch con esta rebaja es muy claro, las reformas y los ajustes llevados a cabo hasta la fecha son insuficientes para retornar a la senda del crecimiento que nos debe llevar a la creación de empleo, que no es otra que conseguir crear el escenario económico propicio para que el PIB pueda erigirse por encima del 2%.
El problema está en que el receptor de este mensaje, es decir, el Gobierno de Rodriguez Zapatero hace oídos sordos a este llamado de atención, ya que se encuentra de mudanza y tiene cosas más importantes en que pensar y a que dedicar el tiempo como por ejemplo dónde podrán esconderse tras el ciclón que espera azotarles el próximo 20 de Noviembre. El sentido de Estado nunca fue su fuerte y no vamos a esperar que a estas alturas de la película el loro aprenda a hablar. El sentido común es el menos común de los sentidos, y el de Estado entre los socialistas, menos. Nubes cada vez más negras se ciernen sobre nuestro futuro económico inmediato. Al próximo gobierno le van a faltar horas en el día.
Como les iba diciendo, el emisor Fitch nos ha dado un nuevo aviso con esta minoración de nuestra calificación crediticia y nos está diciendo que hay que apretarse aún más el cinturón presupuestario, tarea esta de dificil realización dado la actual descentralización de la administración del Estado. Y ya se sabe que al tercer aviso, el toro se devuelve a los toriles, metáfora que podría materializarse si se produce el tan temido rescate por parte de la Unión Europea que tan nefastas consecuencias tendría para la economía española. Nuestra querida España es un país compuesto por diecisiete pequeños estados, cada uno de ellos con sus respectivas consejerias de Economía y Hacienda, y por tanto cada cual con sus respectivos presupuestos de ingresos y gastos. Y para complicar más este panorama, algunas con distinto color politico del que se viste Moncloa. Si las CCAA no son capaces de conseguir sus objetivos de déficit, y la gran mayoría distan mucho de poder alcanzarlos, es imposible que el Estado pueda cumplir con su objetivo. Pues esto, tan sencillo de entender, parece que cuesta la misma vida entenderlo. Hasta cuándo vamos a tener diecisiete consejeros de Economía, diecisiete consejeros de Sanidad y diecisiete consejeros de Educación? Este café para todos que se sirvió durante la Transición hay que descafeinarlo con la devolución al Estado de estas tres competencias, porque de lo contrario nuestra economía va tener que pasar demasiadas noches en vela haciendo cuentas para saber si podrá volver a desvelarse la noche siguiente.

Dedicado a mi amigo José Luís Vázquez.

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