viernes, 23 de mayo de 2014

DE QUIJOTES Y PAPAS

Cuando las campanas repiquen a medianoche, este viernes festividad entre otros de San Desiderio, expirará para convertirse en otra hoja más arrancada del calendario, y su muerte certificará la defunción de una campaña electoral en la que se ha hablado de todo menos de Europa, por lo que temo surtirá poco efecto para motivar a un electorado que el domingo podría batir el record negativo de participación en unos comicios desde que se celebran elecciones en España.
Pero no teman, pues mi intención no es hablarles de política esta tarde, aunque ya la mención de La Parca en el primer párrafo puede darles una idea de por donde van a ir los tiros, y nunca mejor dicho. Desearía escribirles de otra cosa, no obstante, me resulta imposible obviar lo sucedido esta semana en la calle Frigiliana, que por cierto lleva el nombre de uno de los pueblos mas bellos de la Axarquía. A las siete de la tarde del pasado miércoles, el agente del Cuerpo Nacional de Policia, ya no es Policia Nacional por el chispazo de ingenio de algún lumbrera, Francisco Díaz, adscrito a la Unidad de Prevención y Reacción, se citaba sin chaleco con la muerte cuando acudía a detener a un indigente alemán, de nombre Stefan, que al parecer tenía atemorizados a los vecinos del barrio, desde que había fijado su residencia en la referida calle al agenciarse el uso y disfrute "by the face", del local sito en su número uno."El Alemán", como se le conoce, pues ha tenido la suerte de no irse al otro barrio de la mano de una de las cinco balas que disparó el compañero del agente fallecido al darle el alto tras darse a la fuga, después de apuñalarle el pecho a un padre de familia de treinta y tres años, que deja viuda y una pequeña de cuatro años, y que tan solo cumplia con su deber. No era la primera vez que este hijo de mala madre agredía a un miembro de los Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado. El pasado seis de marzo, tiró de la moto de un puñetazo a un agente de la Policia Local que acudía a la mencionada calle alertado de un incidente entre dos mendigos. Según cuenta hoy la prensa, había sido detenido en veintidos ocasiones. Y estaba buscado por maltrato. Y seguía en libertad. Y yo no entiendo nada...
En este país de quijotes donde somos mas papistas que el Papa, tenemos la fea costumbre de cogernosla con papel de fumar muchisimas más veces de las que el sentido común, que es el menos común de los sentidos, aconsejaría. Porque si digo que este individuo debería llevar tiempo a la sombra en una carcel germana, lo cual habría evitado esta desgracia, a buen seguro que algún meapilas de izquierda me acusaría de fascista por cometer el pecado, a su inepto juicio, de criminalizar la inmigración. Basta ya de hacer el gilipollas. En materia de inmigración, este país es, con perdón, el coño de la Bernarda. A ver si empezamos a poner pie en pared. Los extranjeros son bienvenidos en España, de eso que no le quepa la menor duda a nadie, siempre que vengan a trabajar o disfrutar durante sus vacaciones de las bondades de nuestro clima, y de las maravillas de nuestro patrimonio paisajistico y cultural. Ahora bien, para delinquir te quedas en tu puta casa. Y el que delinca, que lo deporten. Ya está bien.   

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