martes, 25 de enero de 2011

MORIR DE EXITO

Se celebró el pasado fin de semana la Convención Nacional del PP en la vecina Sevilla, con objeto de cerrar filas sin fisuras en torno al liderato indiscutible de Rajoy y su incuestionable candidatura a la Presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales, que si una hecatombe no lo remedia, no llegarán a nosotros hasta marzo de 2.012. Es vox populi el empecinamiento del dadivoso optimista patológico que nos rige, qué facil es disparar con pólvora ajena, en llevar la presente legislatura hasta el fin de sus días, sin apiadarse de su lenta agonía, crueldad para la que ha encontrado complice en el ambiguo Partido Nacionalista Vasco, siempre poniendole una vela a Dios y otra al diablo.
La citada convención le ha servido a Mariano para recargar pilas de cara al inminente inicio de la precampaña electoral, recibiendo el reconfortante y motivante calor de los suyos, el cual le ha servido para henchirse de renovada ilusión con la que poder afrontar el reto de los comicios municipales en los que espera vapulear al adversario y colocar un esperanzador primer pié en la Moncloa. Hoy por hoy el liderazgo de Rajoy goza de una fortaleza que no se conocía desde hace tiempo, y que será dificil de minar por otros barones de su partido, o baronesas, con salidas de tono tan poco acertadas como la de ayer de Esperanza Aguirre. Un puntapié en la espinilla en toda regla, sin medir tiempos ni espacios, que ha estado fuera de lugar por su alevosa intencionalidad. Sabe muy bien la presidenta de la Comunidad de Madrid que Cascos cometió el craso error de creerse imprescindible y esa vanidosa convicción le hizo cavar su propia tumba, y con buen criterio la dirección del partido le mostró el camino de la puerta.
Ahora bien, si este remozado Mariano Rajoy quiere asestar ese ansiado golpe electoral que resquebraje los cimientos del actual y moribundo ejecutivo, y lo lleve casi en volandas a la victoria en las generales, no debe vender la piel del oso antes de cazarlo como bien dijo anoche. Son momentos en los que hay que mantener una responsable y seria calma, tener la cabeza fría y no dejarse llevar por los cantos de sirena de los triunfalistas sondeos que a menudo suelen fallar más que una escopeta de feria. Las favorables encuestas de intencion de voto deben ser un acicate para seguir trabajando día a día, y no motivos de júbilo y festejo pues aún no se ha ganado nada, luego no hay nada que celebrar.
Sería una lástima para millones de españoles que demandan encarecidamente un cambio político que los saque de la penuria que padecen, que el Partido Popular se lo creyera y se ahogara antes de llegar a la orilla, con todo lo que llevamos remado en galeras los ultimos siete años. Por el bien de todos, que Rajoy no muera de éxito.

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