martes, 25 de diciembre de 2012

MARIANO RAJOY AÑO I

La víspera de la Nochebuena, en la Moncloa, Mariano Rajoy sopló la vela de su primer aniversario como Presidente del Gobierno. Desde aquel lejano 23 de diciembre de 2011, fecha de la celebración del primer consejo de ministros, ya han transcurrido doce meses cuajados de sinsabores para la inmensa mayoría de los españoles, introdujeran o no, la papeleta del Partido Popular en las urnas de sus respectivos colegios electorales el 20 de noviembre del año pasado. Y escribo lejano, porque cuando se pasa nada más que regular, qué lento transcurre el tiempo.Si no que se lo pregunten a los cerca de dos millones de hogares españoles en los que todos sus miembros son integrantes habituales de las largas colas del INEM.
Doce meses en los que el Presidente Rajoy, debido sobre todo, y en primer lugar, a la herencia dejada por Zapatero en forma de caramelo envenenado con la vil intención de que haga las veces de boomerang, y en segundo lugar y como consecuencia de lo primero, a las exigencias de Bruselas y La Troika basadas en su lógica desconfianza hacia la economía española, se ha visto obligado, muchas más veces de las que hubiera querido, a no cumplir lo prometido en el programa electoral con el que se presentó a las elecciones generales. Pensaban Mariano y todo el think tank de calle Génova, señor esposo de Doña Celia Villalobos a la cabeza, que nuestra economía no estaba tan mal. Sí, está hospitalizada, pero aún no está en la UVI, sigue en planta. Craso error. Eso le ocurre, Sr. Rajoy por confiar en personas que no son de fiar, máxime cuando a lo largo de casi ocho años en el poder, dieron repetidas y sobradas muestras de su falta de palabra. Léase la ministra Salgado, o mejor, el presidente Rodríguez Zapatero. Recuerden amigos, el soniquete tantas veces repetido al alimón por estos dos impresentables cuyo estribillo siempre decía que el déficit español acabaría 2011 en el 6%, cuando sabían perfectamente que eso era una estafa nacional en toda regla, como finalmente se comprobó. Un 6% no, un 9%. Eso son 40.000 millones de desfase. Los socialistas saben poco de economía, esto lo sabe hasta Jordi Sevilla, aquel que quiso enseñarle economía en dos tardes a Zapatero, pero para distinguir entre un seis y un nueve creo que el sectario intelecto les llega. Y mintieron con toda la intención del mundo para que Rajoy al llegar al poder, hiciera lo que hizo, desdecirse y faltar a su palabra electoral, con el consiguiente desgaste entre el electorado que ello acarrea.
Pero como esto es España, un país diferente, en el que rige una democracia de parvulario, que permite que El Maquiavelo de León ande suelto supervisando nubes, y lo que es más sangrante, sea nombrado incluso miembro de pleno derecho del Consejo de Estado, que yo no sé con qué autoridad moral puede este individuo intervenir y mucho menos aconsejar en ese consejo, después de arruinar a un país, y de sumirnos en la más grave crisis padecida por los españoles en los últimos cuarenta años. Y ya no hablo de la pensión vitalicia a la que tiene derecho por los servicios prestados.Y todo esto sucede porque lo que tenemos en España, a ver si ya nos vamos enterando de la película, es sin duda, y quien lo dude que se lo haga mirar, la Madre de Todas Las Crisis, ya que se trata de una crisis económica, financiera, política, institucional y social. Casi ná.Y quien piense que todo este desaguisado ha sido generado por obra y gracia exclusivas del primer año de Rajoy en la Moncloa, ni sabe donde tiene la cara, y lo que es peor, en muchos casos, ni quiere saberse. El Sr. Rodriguez Zapatero y determinados miembros de sus equipos ministeriales deberían haber sido procesados judicialmente por un presunto delito de Estafa Nacional y de Falsedad en Documento Público, pero como estas barbaridades que comete la clase politica gobernante nos están tipificadas en el Código Penal, porque entre otras cosas, no le interesa a ningún partido que esto se tipifique por aquello del hoy por tí, mañana por mí, pues así les luce de bien el pelo a los criminales de la política, y así de mal nos luce el cabello a los españoles, que siempre tenemos que cargar con los platos rotos de sus malas prácticas gubernamentales, por decir algo suave.
Seis días solo quedan para que el 2012 perezca al sonar las doce campanadas la noche de San Silvestre, y el 2013 sea una cruda realidad para todos. Y como muy probablemente, el objetivo comprometido de déficit del 6,3% es poco menos que un milagro que se cumpla, el Año Nuevo que nos espera podría ser aún peor que este que se nos marcha. Dicen los gurús de la economía que a finales del año que viene, España saldrá de la recesión y se recuperará la senda del crecimiento. Benditos los ojos de quienes puedan llegar a verlo, ya que muchos se dejaron sus trabajos, sus negocios y hasta sus vidas, en el intento. A todas estas, Feliz Navidad.

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