lunes, 31 de diciembre de 2012

QUERIDO 2013

Con esta pequeña carta dedicada al Año Nuevo cerré el pasado sábado día 29 de Diciembre el espacio La Reflexión, con el que aperturo mi programa de radio Puntos de Vista. Dedicada a todas las personas que desean que 2013 sea un año mejor.  


Querido 2013 que aún no estás en nuestras vidas. Te escribo estas líneas para decirte, que llegas a un país acribillado por la peor crisis que haya padecido en los últimos cuarenta años. En España padecemos La Madre de Todas Las Crisis. Sí, aquí no hay una crisis, tenemos la crisis, ya que afecta al ámbito económico, financiero, político, institucional, y social. Así que, querido 2013, tienes muchísimo trabajo por delante, tanto como le falta a más de cinco millones de españoles. A ver si eres capaz de menguar esas largas colas de desempleados que les dan la vuelta a las oficinas del INEM, dónde la esperanza por encontrar un empleo digno, hace tiempo que ya no brota en el ánimo de aquellos que las componen.
Si consigues frenar la sangría de destrucción laboral que asola España, sólo por eso habrá merecido la pena tu llegada. Sé que la tarea es ardua, pero no imposible. Con ilusión, dedicación y esfuerzo, alcanzarás no solo ese objetivo, sino cualquiera que te propongas los próximos doce meses. Y por favor, te pido que confíes en tus posibilidades, pues la confianza en uno mismo, es fundamental si se quieren lograr las metas que uno se establece. Precisamente confianza, querido 2013, es lo que tanta falta le hace a la economía española. No tenerla en sí misma, sino merecerla de los demás. Ojalá, gracias a tí, vuelva a hacerse acreedora de ese merecimiento cuya ausencia debes borrar cuanto antes del debe de nuestras cuentas, si España, en un corto espacio de tiempo, quiere salir del cuello de botella en el que se encuentra estrangulada. 
En poco menos de 38 horas, cuando suenen las doce campanadas que anuncien la llegada del martes, 2012 pasará a la historia como el peor año que nuestra memoria recuerda, desde aquel difícil tiempo en el que tuvo lugar la Transición. Y tú, querido 2013, serás una realidad, que espero y deseo, marque el punto de inflexión de nuestra recuperación económica, financiera, política, institucional, y social. 
Que tu primer llanto sea un canto de esperanza para todos.


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