domingo, 28 de octubre de 2012

SABOR AGRIDULCE

De nuevo, un sábado más, los malaguistas tuvimos que dejar aparcada la siesta para mejor ocasión. Nuestro Málaga llegaba al estadio de Cornellá-El Prat con la vitola de favorito tras imponerse por la mínima a un Milan venido a menos en la ultima jornada de la Champions disputada el pasado miercoles en el coso de Martiricos. Jugabamos contra un rival, el Espanyol que no pasa precisamente por su mejor momento, penultimo en la tabla, así que la ocasión la pintaban calva para volverse con tres puntos para la capital de la Costa del Sol. Sin jugar un partido destacable, disputado en un campo nunca fácil y el sábado aún más complicado habida cuenta de la situación clasificatoria por la que atraviesan los periquitos, nuestro Málaga fue superior durante los noventa minutos, y pudo llevarse la victoria si alguna de las dos claras ocasiones que tuvimos en las testas de Demichelis y Santa Cruz hubiesen perforado la meta espanyolista. Del rival decir que jugó su partido, presionó mucho para incomodar el juego de posesión y toque de las huestes de Pellegrini, y poquito más. Con todos mis respetos para el Espanyol, no juegan una castaña al futbol, y como no espabilen, van a tener dificultades para mantener la categoría. En cuanto a los cambios, me cuesta comprender por qué el técnico chileno no hizo uso del tercer cambio con el equipo empatando a cero ante un rival de inferior empaque por mucho que juegues en su campo. A mi humilde entender, dejar a Saviola en el banquillo cuando puede ser una opción que incorporar al equipo para ir a por el partido, me parece un excesivo lujo que no nos deberiamos permitir. Lo único que podría explicar esta decisión técnica sería que el jugador no se encontrase bien fisicamente tras el despliegue físico derrochado ante los milanistas tan solo tres dias antes, hipótesis que descarto pues el argentino estuvo realizando ejercicios de calentamiento con el resto de sus compañero en la banda. Y para terminar, decir que si este partido se hubiese disputado, no el domingo, sino el mismo sábado unas horas mas tarde, a buen seguro que el resultado habría sido otro más favorable a los intereses malaguistas. Los jugadores son de carne y hueso, y a los malaguistas les paso factura sobre el cesped de Cornellá, como no podía ser de otra forma, el esfuerzo del miercoles, que les resto frescura tanto en las piernas como en la cabeza. A quién se le ocurre ponerle un partido a las cuatro de la tarde de un sabado a un equipo que a las diez y media de la noche del miercoles aún estaba batiéndose el cuero con uno de los conjuntos más aguerridos de Europa. Sólo a las cabezas pensantes de la LFP a las que les da jaqueca ver al Málaga, equipo de provincias como aún dicen por Madrid los que se quedaron varados en las costumbres linguísticas del franquismo, instalado en la zona VIP de la tabla. Pues bien, seguiremos dando guerra, así que ya pueden ir haciendo acopio el Sr. Astiazarán y sus secuaces, de ingentes dosis de paracetamol.
Cambiando de tercio, se nota que me gustan los toros y por el camino que va España algún día tendremos que hacer como algunos de nuestros padres hicieron y coger camino de la vecina Francia como se acostumbraba en el tardofranquismo para poder contemplar en el cine a señoras de buen ver como Dios las trajo al mundo pero mejoradas por el paso de los años como los buenos vinos, sin la angustia de que a uno lo llevaran al cuartelillo a la salida del cine aplicándole la ley de maleantes. El Unicaja volvía al Carpena en menos de veinticuatro horas para jugar su partido de Liga ACB, si la principal electrica española quiere publicidad que hable con mi representante, ante un rival, el Manresa, que cada temporada hace encaje de bolillos para no descender a la LEB. Seguimos manteniendo un nivel defensivo más que notable, dejando a los catalanes en setenta puntos, virtud que si se mantiene, puede hacer de este equipo un serio aspirante en las tres competiciones que disputa. Lo mejor, que cada partido que pasa, a Zoran Dragic se le ve con más confianza en su juego. A eso ayuda y mucho la decisión de Repesa de colocarlo en el cinco inicial, logrando con ello que el jugador se sienta importante dentro del equipo. Buena labor del técnico croata en el plano psicológico con el esloveno. Y lo que bien empieza, bien acaba. El hermano del NBA Goran Dragic, terminó como el jugador más valorado de su equipo con 22 puntos de valoración, fruto de sus 20 puntos con un destacable y esperanzador 4 de 5 en tiros de tres. Definitivamente, la ilusión vuelve a sentarse en las gradas del Carpena. Esperemos que sea por un largo tiempo.

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